Mi jardín se presenta húmedo y vacío
Son las primeras luces del amanecer
Todo está en calma, solo reina el rocío
Al igual que todos los días algo va a suceder
Un primer movimiento saluda al manzano
Uno de los visitantes conocidos, es el zorzal
Son varios, que interactúan como hermanos
Una visión hermosa en el despertar matinal
Repetidos sonidos de sórdidas trompetas
No parecen producto del reino animal
Pero son las bandurrias, ruidosas y coquetas
No conocen otra forma de hacerse notar
Las gotas de rocío, desaparecen, se dejan evaporar
Cuando los rayos de Febo besan mi jardín
La fronda verde de los árboles parece despertar
Flores de diversos colores se suman al festín
La fucsia, roja, exuberante, manojos de color
Recibe de repente, suspendido entres sus flores
Un ave diminuta, tornasolada, un pequeño picaflor
Que con delicadeza la besa susurrando sus amores
Sobre el cielo una sombra vertiginosa
Un sonido agudo, un chasquido se deja oír
Es el chimango, ave certera y tan hermosa
Su elegancia me deleita, me hace sonreír
Pero hoy mi jardín tiene nuevos visitantes
Patas largas, copete, y un caminar controlado
Son los ruidosos teros, una pareja y su infante
Aves conocidas, habitantes de muchos lados
Ambos padres, distinguirlos difícil me resulta
Patrullan mi jardín, atentos a lo que acontece
Avanzan, retroceden, siempre con mirada astuta
Y el terito, descubre la vida, con entusiasmo parece
Abnegados, dedicados, no paran de chillar
Protegen a su pichón, regalo de la natura
Y aunque no lo entendamos, sería simple aceptar
Es solo una ruidosa forma de manifestar la ternura
Bariloche, 4 de Diciembre de 2011
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