Graciosa pareja de albatros da nacimiento a su dulce cría
En una tierra donde el mar y el viento hinchan el corazón
Generaciones de albatros elijen estas islas como morada
Ajenos a mapas, historias y de innecesarias guerras la desazón
Fruto del amor nace una criatura de ojos celestes
Sus primeras palabras islas celtas evocan con su acento
Generación tras generación, entre ellos se alegran y lloran
Ajenos al mundo, aislados en su tierra, viven su momento
Un beso de amor, a otra personita da luz, castaños los ojos,
Sus primeras palabras castizas, calidez ofrecen a un nuevo continente
Historias de inmigrantes, dolores ancestrales, sueños de futuro
Ajenos al triste destino que algunos preparan en sus pequeñas mentes
Cabellos color azabache se entrelazan, generan pequeño ser, negros sus ojos
Sus primeros vocablos suenan a una tierra libre y salvaje
Raza originaria, tierra besada por ancestros, lentamente subyugada
Dolidas quedaron las “nuevas” tierras, las de los pueblos del “viejo” lenguaje
Es la historia de los que estaban, los que vinieron, los que al final fueron
Historias de pueblos, la unión de culturas y sueños en pequeña geografía
La tierra es de nadie, la tierra es de todos, de la unión de los corazones
Respetarse, ayudarse, crecer, el amor entre las gentes da lugar a la alegría
Hubo una era donde albatros y criaturas convivían en las islas en armonía
No había desentendimientos, el vuelo del albatros a todos hacía soñar
Generaciones, razas, colores, historias, eran la riqueza de un suelo compartido
Pero el horror de la guerra calló a todos, inclusive al albatros, quien dejo de volar
Alguien los obligó a que el amor establecido en odio se tornara
Que la mezcla de culturas detuviera su natural evolución
Que hijos lloraran a sus padres, injustas y doloridas ausencias
Y que ser isla o continente fuera un insulto, un símbolo de separación
Quisiera creer que del dolor algo aprendimos
Que la vida nos ofrece caminos más sabios, más luminosos
Que ninguna tierra justifica la muerte de algunos
Y que compartir es la manera de cerrar cicatrices y disipar los odios
Quisiera creer que el albatros volverá a volar libre y enamorado
Que las nuevas generaciones repararán el daño de los que no supieron amar
Que los colores de las banderas se amalgamarán en un color esperanza
Y que las lágrimas de distintos acentos se unirán en las olas del mar
En el fondo eso queremos, sin duda también lo sabemos
Por respeto al dolor, necesitamos que se abracen los distintos colores
Devolverle el cielo libre a las aves y la alegría a esas islas
A esas que son tierra de albatros, tierra de amores
Bariloche 27 de marzo de 2012, pensando un futuro de amor para las Islas Malvinas (1982-2012)
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