Un valle solitario, la inmensidad de una Patagonia marrón, ahora cenicienta
Procesos naturales se conjugan, los admiro, mi mente de curiosidad está sedienta
Un pequeño huevo, da lugar a una larva, y paulatinamente se convierte en insecto
Diminuta semilla, da raíz, luego tallo, y un pasto duro, seco, que apunta al cielo, erecto
Hay un rio de estepa
Ese mineral antiguo, abrazado a fuerte roca, que cayó, rodó, y hoy el rio transporta
Y la lava legendaria, polvo de ceniza, acumulado, endurecido, que a nadie importa
Nubes caprichosas se abrazan, vientos nobles y potentes, surcan el infinito firmamento
El sol entre las nubes de agua y de ceniza, quiere manifestarse, solo por un momento
Hay un rio de estepa
Gigantes de roca dormidos, erráticos, quizás hasta de amor locamente perdidos
Observan a este rio, ayer transparente, hoy turbio, nuevas cenizas le dan su colorido
El agua corre, con firmeza, o suavemente, en simple armonía con un destino trazado
Y con ella, diversas formas de vida, o simplemente materiales inertes, son diseminados
Hay un rio de estepa
Donde hoy fui a buscarte, a buscarme, a vivir nuestro momento presente
Mi corazón se calmó, mi cuerpo sintió la tierra vibrar, y de alegría se cargó mi mente
Desde las alturas, contemplé el horizonte infinito, de mi abuelo, uno de sus amores
Y confirmé de nuevo, que sentir la naturaleza, es vivir el ahora, y sin temores
Bariloche, 28 de Julio 2011
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