miércoles, 5 de octubre de 2011

Un buque alemán llamado Madrid



Una infancia compleja, un terruño desolado
Nuevos rumbos que esperan, perseguir lo soñado
Espíritu joven, cuerpo fuerte, y ese impulso por salir
Dejar atrás lo dolido, buscarse un nuevo porvenir

El mar siempre presente, en la playa dejar la pisada
Tocar allí el agua fresca, pero lejos poner la mirada
El horizonte siempre azul, despierta sueños de un nuevo país
Como hacer, como llegar allí, y no tener miedo a perder la raíz

La búsqueda, es siempre la antesala de la oportunidad
Y un día, el menos pensado, la puerta se abrió a la libertad
Largos días de vaivén, el mar no descansa ni un momento
Aparece la costa, todo tan verde, que hasta verde parece el firmamento

Rio marrón, luego negro, y el horizonte ahora bien cercano
Larga travesía, calor agobiante, aferrarse al sueño y dejar el pasado
Ambiente húmedo, cargado de alimañas, tan distinto al Mar del Norte
Escapar rápido de allí, encarar el océano, y así un nuevo horizonte

Retomar la búsqueda, y el miedo que la incertidumbre provoca
Que nos revuelve el estómago, nos marea, y nos deja seca la boca
Pero hay una fuerza interna, ser valiente, ser un verdadero adalid
Y confiar en el rumbo puesto, de ese buque alemán, llamado Madrid

Entonces la oportunidad, una tierra que a muchos inmigrantes atrapa
Cielo azul, río brillante, luminoso, el soñado Río de la Plata
Allí decidió recalar, echar raíces, como otros que vinieron de Europa
Y este fue el destino final de mi abuelo, o simplemente el de “mi Opa”

Bariloche, 1 de Agosto 2011

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